
Anoche... anoche nos sentamos a ver las estrellas,
te vi jugar con ellas,
como queriendo asirlas con la mirada.
El cielo debe haber estado hermoso,
todas esas luces reflejándose en tus ojos.
A ratos haciéndote cosquillas,
provocándote esa hermosa risa juguetona,
esa que guardas tras las manos durante un segundo,
esa que comienza en carcajada,
y de a poco se ahoga en un murmullo,
hasta convertirse en sensual y gutural sonido.
¿Te has visto los ojos bajo un cielo así de
estrellado?
Por que yo sí he visto un cielo con tantas estrellas,
bajo la bóveda de tus ojos.
Ellas, las estrellas, son afortunadas por que las miras,
y está tu mirada llena de fortuna,
pues en el cielo que contemplan,
tu mirada se alza sobre ellas.
Dices disfrutar mirarlas por que son tan filosóficas...
por que como el ying y el yang, con lo oscuro de la noche su luz se
complementa.
Yo en cambio disfruto tanto el contemplar cuando miras.
Disfruto de tu mirada la poesía,
por que somos como la noche y el día,
ni opuestos ni encontrados,
pues donde uno muera el otro renacería.
Dime así si no es una ironía,
aquello que en los cielos ves de noche,
en tu rostro vive todo el día.

te vi jugar con ellas,
como queriendo asirlas con la mirada.
El cielo debe haber estado hermoso,
todas esas luces reflejándose en tus ojos.
A ratos haciéndote cosquillas,
provocándote esa hermosa risa juguetona,
esa que guardas tras las manos durante un segundo,
esa que comienza en carcajada,
y de a poco se ahoga en un murmullo,
hasta convertirse en sensual y gutural sonido.
¿Te has visto los ojos bajo un cielo así de
estrellado?
Por que yo sí he visto un cielo con tantas estrellas,
bajo la bóveda de tus ojos.
Ellas, las estrellas, son afortunadas por que las miras,
y está tu mirada llena de fortuna,
pues en el cielo que contemplan,
tu mirada se alza sobre ellas.
Dices disfrutar mirarlas por que son tan filosóficas...
por que como el ying y el yang, con lo oscuro de la noche su luz se
complementa.
Yo en cambio disfruto tanto el contemplar cuando miras.
Disfruto de tu mirada la poesía,
por que somos como la noche y el día,
ni opuestos ni encontrados,
pues donde uno muera el otro renacería.
Dime así si no es una ironía,
aquello que en los cielos ves de noche,
en tu rostro vive todo el día.

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