El suave mirar de tus ojos dulces,
que me llena de miedo y de cariño,
mira que ni te alejo ni te riño,
te quiero así lento y me dejo por tu aliento,
llevar hasta las nubes.
Si de dar escalofríos se trata,
eres tú quien de a poco me mata,
eres tú quién me arroja al desvarío,
quien a mi corazón convierte en río,
que en su corriente de amor me arrastra.
Una mirada yo te pido,
un beso de amor o una caricia,
que aunque añoro oler tu cabello en la mañana,
me basta con escuchar suave tu risa,
de tu alma sentir la brisa,
y sentirme vivo cada día.